Cuando uno tiene paz lo tiene todo. Y estar en paz en medio de la tormenta es lo mejor que nos puede pasar. Porque no sólo podemos ser productivos la mayor parte del tiempo sino que también podemos ayudar a los otros. En cambio cuando falta esa paz todo se derrumba en nuestras vidas. En pocas palabras, uno se siente pleno dispuesto a gozar de la vida plenamente. El Reiki es una terapia japonesa que significa Energía Universal. NO es un masaje. Dada de manera presencial es una sutil imposición de manos que nos equilibra en los cuatros planos: físico, mental, emocional y espiritual. Ninguna otra terapia hace esto. Y además posee la gran ventaja de no ser invasiva y de poder ser dada no sólo de manera presencial sino también a distancia. Parece magia pero no es así. A través de una profunda concentración y el uso de símbolos tibetanos se puede transmitir energía sin importar el lugar donde la persona esté. Se puede enviar Reiki a otra persona, a un animal o a una situación del pasado (no vamos a cambiar el hecho pero sí la actitud frente a este hecho). También se puede enviar  a una situación futura.

El motor que me mueve a alentar a las personas a que prueben con el Reiki es la

total convicción que el Reiki funciona. Que el Reiki puede cambiar sus vidas para bien. Uno se amiga con la vida después de recibir Reiki.  Por eso y con cada persona que viene a mí pongo toda MI pasión, MI fuerza, MI voluntad y MIS seis sentidos para que ASI SEA!

Mónica Cruz